María, Madre De Dios

Posted by Padre Eugenio Cavallari on 27 December 2013

gialloDios envió a su Hijo, nacido de una mujer, a fin de que fuéramos adoptados como hijos.    

Lecturas: Números 6, 22-27; Gálatas 4, 4-7; Lucas 2, 16-21.                      

1 - Un Padre y una Madre – Hoy, octava de Navidad, la Iglesia honra a María como Madre de Dios: Jesús es el Hijo de Dios hecho hombre. De esta manera la Navidad se convierte en la fiesta de toda la humanidad, porque en María se honra la maternidad de todas las mujeres, como en Jesús se honra la hermandad de todos los hombres. Efectivamente, siempre es una fiesta cuando nace un hijo, no sólo del papá y de la mamá, pero de toda la familia. Hoy es la fiesta de María: la criatura más humilde y más alta, pero también es la fiesta de toda la Iglesia porque María ha recibido a Jesús no para sí, pero para donarlo a todos nosotros. Ella siempre nos lo dona, lo pone en nuestros brazos, es más, en nuestros corazones para que sea todo nuestro.

2 - Siempre… siempre! – La liturgia llama a María 'siempre Virgen', aludiendo a la generación milagrosa del Verbo, concebido sólo por obra del Espíritu Santo. Paralelamente debemos recordar que Ella también es 'siempre Madre', porque para siempre coopera con Cristo al nacimiento de cada hombre a la vida divina. Por lo tanto, también es Madre de toda la humanidad y su misión es la de unificar a todos los hombres en el amor de Dios y del prójimo.

3 - La familia de Dios – De la maternidad de María a la maternidad de la Iglesia el paso es breve. No reconoce a Dios como Padre, quién no reconoce a la Iglesia como Madre' (S. Agostino). Efectivamente, los creyentes en Cristo se sienten una familia en la medida en que reciben a la santa Iglesia como Madre que custodia y dispensa el amor de Dios por todos los hombres. La Iglesia es madre cuando nos nutre con la Palabra de Dios, los Sacramentos y las obras de misericordia espirituales y corporales. Hoy más que nunca, la Iglesia está llamada a ser Madre llena de dulzura y comprensión para con sus hijos.

4 - La paz – El primer día del año también es el Día Mundial de la Paz. Efectivamente, es justo la madre la que tiene unida por misión natural a su familia. Y la familia de María y de la Iglesia es toda la humanidad; por lo tanto ambas son desde siempre las protagonistas de la paz, porque les recuerdan a los hombres que son hermanos, hijos de un único amor de Padre en el cielo y sobre la tierra. ¡Pues la paz inicia y siempre se reune alrededor de la Madre! Pero para que se realice la construcción de un futuro común y compartido de la raza humana, es necesario un esfuerzo de conversión del orgullo y del egoísmo. Gestos de paz son los mil pequeños y cotidianos gestos de amor fraterno, hechos de estima, amistad, hospitalidad, perdón, colaboración.

5 - El año nuevo – Confiémos y dejemosnos guiar por el Espíritu Santo. Nos lo encomienda San Pablo: “Ustedes ya son hijos. Dios ha enviado a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: «¡Abba! ¡Padre!» Así que ya no eres esclavo sino hijo; y como eres hijo, Dios te ha hecho también heredero”. De esta realidad nace el programa de este año: un nuevo modo de vivir en relación con todo, porque no hay vidas de descarte' (Papa Francesco). Continuemos a crear pacientemente ocasiones de encuentros en el condominio, en el ambiente de trabajo, en la parroquia, en el barrio, en la cultura, en la política, en el encuentro intercultural e interreligioso. Bienaventurados los operadores de paz, porque serán llamados hijos de Dios: éste es el anuncio del Evangelio. ¡Buen año para todos!

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