XIX Domingo Del Tiempo Ordinario

Posted by Padre Eugenio Cavallari on 1 August 2015

verdeEste pan es mi carne, que daré para que el mundo viva    

Lecturas: I Reyes 19, 4‑8; Efesios 4, 30 ‑ 5, 2; Juan 6, 41‑51.                      

1 ‑ Pan del cielo – El gran profeta Elías, perseguido a muerte por el rey Acab y los sacerdotes de Baal, huye al desierto. Ya no encuentra salvación y decide en su corazón poner fin a su vida dejándose morir debajo de un enebro: “¡Estoy harto, Señor!. Quítame la vida, pues no soy mejor que mis antepasados”. Pero un ángel del cielo lo toca y le ofrece un panecillo y un jarro de agua. Vuelven las fuerzas y se tranquiliza el espíritu. Elías camina cuarenta días, hasta el monte de las revelaciones de Dios, el Horeb o Sinaí, y allí delante de Dios reafirma su fidelidad de profeta.

2 - El Viático – La gracia de Dios - especialmente la Eucaristía - es la fuerza divina y alimento que sostiene a los hijos de Dios en su camino hacia la patria celestial. Por eso se llama el Viático, que es el pan de los peregrinos durante el largo viaje de la vida en la tierra: “Tu pan, Señor, sostiene a los pobres en el camino” (Salmo responsorial). Y también para cada hombre llega el día de la prueba suprema, que parece barrer  las últimas fuerzas. En esos momentos cruciales ¿a quién debemos apelarnos, a quién pedir ayuda?. Escuchamos entonces a Jesús: “Ciertamente les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre ni beben su sangre, no tienen realmente vida” (Evangelio). La comida y la bebida, que mantiene en vida al hombre, es solamente Cristo eucarístico.

3 - El Tabernáculo – En el Antiguo Testamento leemos que Dios ha querido estar visiblemente presente en medio de su pueblo a través del así llamado "Tabernáculo" o Tienda de Reunión: signo de la presencia del Peregrino divino entre su pueblo. También Juan Evangelista en el Prólogo reitera que la Palabra de Dios, haciéndose hombre, puso su Tienda, es decir su cuerpo, entre nosotros. Hoy, en las iglesias católicas de todo el mundo existe el Tabernáculo que custodia el cuerpo del Señor; Jesús es  el Peregrino constantemente presente, el Pan de cada día a disposición de todos. Un signo indudable de que, de ese Pan, ¡siempre necesitamos!

4 ‑ Dos momentos – Nuestra relación con Dios se desarrolla prácticamente en dos momentos: la escucha de la Palabra a través de la fe y el nutrimiento del alma a través del sacramento de la Eucaristía. La gracia de la fe nos conduce a la Eucaristía y el sacramento fortalece nuestra fe. No basta, pues, escuchar la Palabra de Dios en la Biblia ni a través de la catequesis, pero es indispensable recibir la Vida de Dios en los sacramentos (confesión y comunión): “Todo el que escucha al Padre y aprende de él, viene a mí. Al Padre nadie lo ha visto, excepto el que viene de Dios; sólo él ha visto al Padre” – “Si alguno come de este pan, vivirá para siempre. Este pan es mi carne, que daré para que el mundo viva”

5 ‑Puntos concretos – En la vida de muchos cristianos existe un evidente disequilibrio: o se limitan a escuchar la Palabra de Dios sin acercarse a los sacramentos (confesión, eucaristía) o se toman los sacramentos sin escuichar la Palabra de Dios. La catequesis y los sacramentos son inseparablemente necesarios para un verdadero camino de fe, que permita vivir una vida moral verdaderamente cristiana! San Pablo nos recomienda: “Por tanto, imiten a Dios, y caminen en el mismo amor de Cristo”

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