Navidad Del Señor

Posted by Padre Eugenio Cavallari on 24 December 2015

gialla¡Hoy les ha nacido un Salvador, que es Cristo el Señor!

Lecturas: Isaías 9,1-3.5‑6; Tito 2,11 14; Lucas 2,1 14.

1 – El ambiente – Es el más pobre, humilde, familiar e íntimo que se pueda imaginar. Pensemos en las condiciones precarias de María después de un viaje tan largo de Nazareth a Belén, reducida a buscar refugio en el campo abierto, porque no hay lugar para ellos, ni con sus familiares ni en otro lugar; pensemos en la noche fría de diciembre, en la suciedad de la gruta, en la soledad, en el evento que se avecina... Pero todo esto no cuenta nada frente a lo que está por suceder: ¡el Salvador del mundo, el Esperado por toda la gente, la Luz verdadera que ilumina todo hombre, viene a destruir a las tinieblas del mal! El deseo de Dios de encontrarse con el hombre es el mismo deseo de la Madre María y de San José.

2 – En todo es uno como nosotros – Ésta es la primera verdad de la Navidad que abre el corazón de todos a la esperanza: el Señor quiso asumir toda la pobreza y la miseria de la condición humana para hacerlas suyas y liberarnos de ellas. En la gruta de Belén está presente cada pecado, cada dolor, cada deseo de rescate de toda la humanidad. El Señor, convirtiéndose en el último de los últimos, es verdaderamente uno de nosotros. Mejor dicho, el Emanuel: Dios-con-nosotros.Se abre el Jubileo más extraordinario en la historia humana: Dios condona toda deuda, con la gracia de no cometer más el mal.

3 - La Luz vence las tinieblas – ¿Qué hay más conmovedor de un niñito que da sus primeros vagidos? Pues bien, Dios ha querido mostrarse así para convencernos que no tenemos que tenerle miedo, para que no lo pensemos sólo grande, inaccesible en el esplendor de su omnipotencia, terrible en su justicia implacable, lejano e inaccesible en su superioridad infinita. La luz que vence las tinieblas no es más que su amor, humanísimo porque divino. De ella emana ese calor que hace revivir todos los corazones que se han vuelto áridos por la violencia del egoísmo y del odio.

4 - Gloria a Dios... Paz en la tierra – La “buena voluntad” en un hombre llega cuando se siente amado. No puede ser de otra forma. Así, Dios suavemente e irresistiblemente invita al hombre a recuperar la confianza, serenidad, entusiasmo y  buena voluntad en sí mismo y en los demás a través de las pruebas tangibles de su amor. En la realidad de un Dios que se hizo niño que morirá en la cruz y resucitará victorioso, está la prueba definitiva de su amor. Jesús nos invita a todos a ser niños como Él para desencadenar la verdadera paz entre todos los hombres.

5 – En el hombre está Dios – ¿Quién de nosotros no ama a un niño recién nacido? Esta es la primera y la más convincente representación del hombre como imágen de Dios y de la inocencia. La eficacia de la Navidad es igual a la novedad absoluta:  un niño que es Dios. Por esto el mensaje de Belén es una invitación implícita e irresistible a amar a todos los hombres, desde el más pequeño y débil al más grande, a hacer la paz entre nosotros, a no asumir actitudes de hostilidad ni de superioridad, a recibir en ese Niño a todos los pequeños, los pobres, los que sufren. En definitiva, a vivir como en esas primeras horas de luz que vivió la humanidad en la gruta de Belén.

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