Cuarto Domingo De Pascua

Posted by Padre Eugenio Cavallari on 10 May 2014

biancoYo soy la puerta de las ovejas; el que entra por mí se salvará; podrá entrar y salir, y encontrará su alimento.    

Lecturas: Hechos 2, 14.36 41; Pedro 2, 20 25; Juan 10, 1 10.                      

1 - La Pascua del Espíritu – Cuando Jesús muere en la cruz y resucita de entre los muertos, derrama dos veces el Espíritu Santo, ya que dona al mundo todo su amor divino y humano. En particular, en la noche de Pascua, Él da a los apóstoles el poder de perdonar los pecados. Es por eso que Pedro después de Pentecostés, predica así a todo el mundo: “Conviértanse y háganse bautizar en el nombre de Jesucristo para que les sean perdonados los pecados, y así recibirán el don del Espíritu Santo”. De esta manera, se ofrece la salvación a todos los hombres a través del ministerio de los apóstoles y de sus sucesores: “La promesa –todavía es Pedro quien habla- ha sido hecha a ustedes y a sus hijos, y a todos aquellos que están lejos”.

2 - El buen Pastor – Jesús vino al mundo, y sacrificó su vida para reunir a los hombres que estaban "perdidos" en los caminos del mal: “Porque antes andaban como ovejas perdidas, pero ahora han vuelto al Pastor y Guardián de ustedes”. La humanidad, con el pecado de Adán y Eva, había abandonado el corazón de Dios y rechazado su guía paternal. Vagando en busca de una nueva, imposible morada definitiva entre las criaturas; habría sido fácil presa del mal y de la nada. Con la encarnación, muerte y resurrección, la relación de amor entre el hombre y Jesús -el Hijo de Dios hecho hombre y único redentor- se vuelve más estrecha y vital: Él es el buen Pastor, es decir la guía que camina delante de nosotros para advertirnos por lo menos de los peligros, indicarnos la nueva destinación del cielo y asegurarnos que nunca nos abandonará en el largo y difícil camino de la vida.

3 - La Puerta – “Les aseguro que el que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, sino por otro lado, es un ladrón y un asaltante. El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir”. Sabemos muy bien quién es el ladrón que roba la vida eterna al hombre. Pero existe un recinto seguro para las ovejas: es esa comunidad de hombres que se llama Iglesia. Ofrece la primera ayuda de la salvación justamente en ese recinto tan íntimo y sagrado que es la conciencia de cada hombre. Cristo se presenta como el único Pastor verdadero, capaz de entrar en la conciencia del hombre sin quitarle su libertad y dignidad. Quien se encomienda a Cristo siempre puede “entrar y salir y encontrar alimento”. Por el contrario, la historia reciente y pasada demuestra que cuando el hombre se encomienda a ciertas guías, no ha vuelto jamás atrás, porque el precio pagado fue justamente el de perder la libertad interior.

4 - Una verificación – Entre las voces discordantes de este mundo, que son mensajes de todo tipo y calidad, es necesario examinar todo cuidadosamente para reconocer si el mensaje está de acuerdo o en contraste con la voz de Cristo, el Buen Pastor. Esta relación de verdad y de confianza no es siempre fácil, porque la voz de Cristo es ahogada por el clamor del coro; pero queda en todo caso inconfundible con respecto a todas las otras. También el Evangelio lo confirma: “Las ovejas lo siguen, porque conocen su voz, Él llama a cada una por su nombre”. Por supuesto que no siempre es suficiente la propia conciencia como criterio de la verdad, pero es necesario medirse con la voz de Cristo que habla a través de su Iglesia.

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