Quinto Domingo De Pascua

Posted by Padre Eugenio Cavallari on 15 May 2014

biancoYo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino por mí. Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí.    

Lecturas: Hechos 6,1 7; Pedro 2,4 9; Juan 14,1 12.                      

1 - La despedida – Jesús se despide de los apóstoles, antes de morir y en la inminencia de su ascensión al cielo, pero les asegura que estará más presente que nunca con ellos en esta vida terrenal. En efecto, dice: “No se turbe vuestro corazón. Tengan fe en Dios y también en mí. Voy a prepararles un lugar. Voy a volver un día y los llevaré conmigo para siempre”. Si la tierra ha sido la morada del Hijo de Dios entre los hombres, ahora el cielo se convertirá en la nueva morada estable de los hombres con su Dios, Padre y Salvador. Así es como reza San Agustín en esta particular atmósfera espiritual, donde siempre está presente la inminencia de su ascensión al cielo: “Señor, prepáranos para ti; pero también prepárate para nosotros, preparándote tu lugar en nosotros y preparándonos un lugar en ti”. Toda la vida en la tierra es realmente una intensa ascensión mística hacia Dios.

2 - Piedras vivas – También el apóstol Pedro hace la misma recomendación: “Al acercarse a Él, la piedra viva, rechazada por los hombres pero elegida y preciosa a los ojos de Dios, también ustedes, a manera de piedras vivas, son edificados como una casa espiritual, para ejercer un sacerdocio santo y ofrecer sacrificios espirituales”. ¡Pues nosotros tomamos de algún modo el lugar de Jesús, contribuyendo a dar unidad espiritual a su cuerpo que es la Iglesia entera! Al final, llevamos a cabo las mismas obras: participamos en el sacerdocio de Jesús. He aquí los apóstoles, los diáconos, los ministerios innumerables de los laicos, en relación con todas las manifestaciones de amor a Dios y a los demás ... Preguntémosnos entonces: ¿Soy una piedra viva en el edificio de Jesús? Mi lugar en la comunidad ¿está ocupado o vacío?

3 - La Piedra viva – Con esta declaración, Jesús nos quiere decir que Él es todo en nuestras vidas: "Yo soy el camino, la verdad y la vida". En fin, nos ha propuesto el modelo de su vida: Él es, sobre todo, el camino estrecho de la humildad, la pobreza, la renuncia al propio egoísmo, la conversión del corazón a Dios y a nuestros hermanos, la cruz del don total de sí; luego, nos propone como método, el amor y no el odio y la violencia. En segundo lugar, Él con su enseñanza -entregada en el libro de su Palabra- es nuestra verdad que revela la voluntad del Padre y es el misterio revelado de la vida eterna. Por último, es verdaderamente nuestra Vida: Pan vivo que descendió del cielo, el cual da fuerza en todo momento del día, y es el viático que vencerá nuestra muerte.

4 - Las obras mayores – “El que cree en mí –dice Jesús- hará también las obras que yo hago, y aún mayores”. Si la obra de Jesús es la salvación, ofrecida a todos los hombres, entonces “las obras mayores” es la salvación llevada a cabo en todos los hombres. Será siempre Él –esta vez por medio del Espíritu Santo junto con todos nosotros- que hará la obra mayor: “que todos sean uno y el mundo crea”.

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