V Domingo De Pascua

Posted by Padre Eugenio Cavallari on 2 May 2015

gialloEl que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto

Lecturas: Hechos 9, 26-31; I Juan 3, 18-24; Juan 15, 1-8.                      

1 - Una recomendación– En la Última Cena, Jesús da a los apóstoles algunas recomendaciones muy importantes. Entre ellas, da una: "Permanezcan en mí, porque sin mí no pueden hacer nada"; y explica: "Como el sarmiento no puede dar fruto si no está unido a la vid, así tampoco ustedes, si no permanecen en mí". El que cree que puede dar frutos por sí mismo de vida cristiana, no está unido a la vid-Cristo; y quien no está unido a la vid no es cristiano. De esta manera se pueden  explicar muchas historias de fracasos personales y cismas dolorosos que quebraron la unidad de la Iglesia. Jesús es perentorio: ¡no pueden hacer nada sin mí!

2 – En Él y con Él – Esta verdad, en fin de cuentas, define muy bien el límite insuperable del hombre: todo el fruto de su vida depende de la gracia de Dios y está en relación con la acción coordinada entre Dios y él: “El que permanece en mí, como yo en él, dará mucho fruto”. Pues, siempre es Dios que prácticamente, con los frutos, corona sus dones y realiza el potencial de la naturaleza y de la gracia, que le ha prodigado a cada hombre. Una unión profunda y continua con Dios en la oración y en los sacramentos es el fundamento indispensable para llevar a cabo cualquier iniciativa de bien.

3 – La intimidad – La relación de amor que se establece entre Jesús y nosotros (ésta es la verdadera fe) es tal que hace que nos transformemos en Él. Dijo San Pablo: “Ya no vivo yo sino que Cristo vive en mí”. Pertenecemos al Señor, y formamos un todo con Él! Nuestros pensamientos, nuestras decisiones, nuestros proyectos futuros, todas las acciones grandes y pequeñas del día: todo debe hacerse en Él. Permaneciendo en Cristo, ¿qué más podemos querer sino lo que está de acuerdo con Cristo? No haremos nada más solos, pero con Él y para Él. Su palabra permanecerá verdaderamente en nosotros como orientación constante de la vida y su gracia nos asegurará nuestra plena fidelidad.

4 - Los problemas – En cuanto a la historia del cristianismo, podemos preguntarnos: ¿por qué, después de siglos de esfuerzos, el hombre todavía no encuentra un acuerdo definitivo para la justicia, para una justa distribución de los bienes de la tierra, para una convivencia pacífica? Y, en muchos casos, no se trataba sólo de carencias de la naturaleza humana, pero de mala voluntad: parece que el hombre quisiera impedir a Dios y a sí mismo de actuar. Ahora, el que no ama la vida profundamente no está motivado para cumplir los mandamientos de la vida. Y si Cristo no fuera el primero a amarnos, nosotros no podríamos amar. También por esto es justo lo que Jesús dice: “Si permanecen en mí, pidan lo que quieran, y se les dará”.

5 - Puntos concretos – La unión perfectamente funcional con Cristo se realiza a través de: a) la oración del corazón, b) la escucha de su Palabra, c) el uso frecuente de los sacramentos de la confesión y de la comunión, d) el acuerdo entre mi voluntad y la Suya, y) la estrecha unión y colaboración con la Iglesia: pastores y fieles. Nos recuerda el apóstol Juan: “Y éste es su mandamiento: que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y que nos amemos los unos a los otros (Primera Carta)”

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