Segundo Domingo De Adviento
Preparen el camino del Señor, Él los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego
Lecturas: Isaías 11, 1-10; Romanos 15, 4-9; Mateo 3, 1-12.
1 - Dos profetas – Isaías presenta a Jesucristo como Rey de justicia y de paz, que brinda la misericordia divina, la liberación del mal y del bien, la serenidad, el rescate para los pobres y los oprimidos: “Sobre él reposará el espíritu del Señor: espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de ciencia y de temor del Señor ” Se habla justo del Espíritu Santo y de sus siete regalos que ya hemos recibido en el bautismo y en la confirmación. Estamos hablando acerca del Espíritu Santo y sus siete dones que ya hemos recibido en el Bautismo y la Confirmación. Son las siete versiones del amor a Dios y al prójimo. Incluso Juan el Bautista, el precursor de Jesús, y Pablo en el Antiguo Testamento, se dirigen a nosotros con esta apelación: “Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos. Produzcan el fruto de una sincera conversión, confesando vuestros pecados”.
2 - A la raíz – En el dolor por los pecados cometidos y por las muchas omisiones en cumplir el bien está el inicio de una verdadera conversión de vida. De hecho, para transformar la mentalidad y la vida, hace falta atacar a la raíz los sentimientos, las convicciones, los impulsos que nacen de la profundidad y nos llevan al mal o al no hacer. La llegada de Dios en mi espíritu se convierte en un feliz impacto entre su infinita perfección y mi pobreza. Entonces empecemos a abrir completamente las puertas de nuestra conciencia a la luz de Jesús.
3 - Sus senderos - Convertirnos, lo sabemos muy bien, significa en definitiva convertirse en Jesús” Que el Dios de la constancia y del consuelo les conceda tener los mismos sentimientos unos hacia otros, a ejemplo de Cristo Jesús, para que con un solo corazón y una sola voz, glorifiquen a Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Sean mutuamente acogedores, como Cristo los acogió a ustedes para la gloria de Dios” (San Pablo). ¡Abre las puertas al Redentor significa imitarlo y acoger a todos!
4 - La ansiedad de la gente - Crece en el mundo la fiebre de un Redentor que rehaga a nuevo la humanidad. Se siente en paralelo la necesidad de profetas que 'preparen la vía del Señor' con la misma vida. Pero ésta es justo la tarea específica de cada cristiano: Cristo se hace presencia viva a través de mí y de todos nosotros. He aquí algunos puntos importantes del testimonio que hoy se requiere: a) anteponer el amor al egoísmo y la mansedumbre a la violencia; b) estimar con sabiduría los bienes de la tierra, en la continua búsqueda de los bienes del cielo; c) donar la propia vida en todos los campos del bien. Palabra de Jesús: “el árbol que no produce buen fruto será cortado y arrojado al fuego”.
5 - El bautismo de fuego – “Él los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego”. La purificación del corazón es ya el resultado del amor de Dios que quema el mal y colma de amor nuevo al hombre. Cuando adentro quema este fuego, la vida realmente se transforma: esperanza, optimismo, entusiasmo, ganas de hacer y de vencer a toda costa. ¡El hecho que exista el mal en el mundo se convierte en un estímulo más para actuar mejor 'hasta que cada hombre vea la salvación de Dios!' Escuchemos a San Agustín, el incendiario: 'De tu fuego, de tu buen fuego ardemos subiendo hacia la santa Jerusalén' (Confesiones).