II Domingo De Pascua

Posted by Padre Eugenio Cavallari on 11 April 2015

gialloDichosos los que no han visto y sin embargo creen

Lecturas: Hechos 4, 32-35; I Juan 5, 1-6; Juan 20, 19-31.                      

1 – El octavo día – Es el día de la Resurrección de Cristo y el mundo. Se llama así porque es un día distinto a todos los demás que forman la semana: día que anuncia los tiempos nuevos de la salvación y adelanta el eterno “Día de Dios”. También la arquitectura de las iglesias cristianas, especialmente los baptisterios, con su forma octogonal, simbolizan el octavo día - El día de la resurrección de Jesús comienza muy temprano, antes del amanecer, con el terremoto que abre el Sepulcro de Cristo, y acaba a noche alta, cuando Jesús aparece todavía a sus discípulos reunidos en el cenáculo y les muestra sus manos y su costado como prueba física de su resurrección. Esas manos y ese costado, de donde surgió la nueva Vida, son y serán para siempre el testimonio de una Pascua que jamás tendrá fin ...

2 – Ocho días después – En  el cenáculo, en la noche de Pasua faltaba Tomás apóstol; y es por eso que no acepta el testimonio de los apóstoles: “¡Hemos visto al Señor!”. Si no ve y no toca con sus propias manos las heridas de Jesús, nunca creerá. Pasan ocho días… ¡Llega Jesús también para él! De esta manera la semana de Pascua se convierte en signo de la corta temporada de la vida humana, donde cada uno tiene una experiencia personal de Cristo Resucitado, y signo de la historia humana que resucita de a poco con Cristo. Una fe de tipo pascual tiene que hacernos hacer experiencia concreta y continua de Jesús en el corazón, en familia, en el rostro y en la asamblea de los hermanos, en los hechos de la historia humana. Esta experiencia fue muy fuerte en las primeras comunidades cristianas, que vivían constantemente con Cristo resucitado: también nosotros debemos volver a esta familiaridad con Jesús resucitado.

3 - Un ejemplo – Los Hechos de los Apóstoles describen así la primera comunidad cristiana de Jerusalén, que crece y se afianza en torno al Resucitado: “Todos los creyentes eran de un solo sentir y pensar. Nadie consideraba suya ninguna de sus posesiones, sino que las compartían. Los apóstoles, a su vez, con gran poder seguían dando testimonio de la resurrección del Señor Jesús. La gracia de Dios se derramaba abundantemente sobre todos ellos, pues no había ningún necesitado en la comunidad”. Así, en los creyentes se iba formando la conciencia de ser también Iglesia, es decir, un todo con Jesús vivo y con los hermanos. Hoy en día, incluso en este tejido social tan variado de lenguas, culturas y religiones diferentes, el ser Iglesia nos ayuda a ir más allá para construir el “un solo sentir y pensar” en Dios. No hay otra base sobre la que construir una verdadera familia humana.

4 - ¿Y hoy? – La Pascua de hoy es una ocasión más que oportuna para hacer el balance de la situación sea de nuestra vida interior y personal sea de nuestra vida comunitaria. Hagámosnos dos preguntas: ¿Hemos realmente renacido a un tipo de vida según el Espíritu de Dios o sea según el Evangelio? Somos realmente “cuerpo resucitado” de Cristo, es decir: “un solo sentir y pensar”. Si comparamos la situación actual con el modelo evangélico debemos convenir en que realmente necesitamos “resurrección” . ¡Cristo todavía no ha resucitado completamente en sus miembros que somos nosotros! Lo que importa en la psicología del Resucitado es que debe haber una certeza profunda  en nuestras almas: con la gracia de Dios se puede vencer toda  forma de maldad y mala costumbre.

5 - La victoria – El poder de la fe en Cristo resucitado vencerá el pecado, el mal, la muerte. Éste es el mensaje que nos entrega el apóstol Juan: “Todo el que cree que Jesús es el Cristo, ha nacido de Dios, y todo el que ama al padre, ama también a sus hijos. Así, cuando amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos, sabemos que amamos a los hijos de Dios” (primera Carta). Si el mundo sigue luchando con las muchas formas del mal, violencia y  muerte se debe a que rechaza la fe y la salvación de Cristo. Por nuestra parte, debemos sentirnos responsables de ofrecer un testimonio capaz de eliminar todas las formas de egoísmo y abuso.

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