Segundo Domingo De Pascua

Posted by Padre Eugenio Cavallari on 1 April 2016

giallaBienaventurados los que creeran sin ver

Lecturas: Actos 5,12‑16; Apocalipsis 1,17‑19; Juan 20,19‑31.

1 – La Pascua continúa – Sería poca cosa celebrar la Pascua sólo por un día, recordando simplemente el hecho histórico de la resurrección de Jesús de entre los muertos. Cada Pascua tiene que ser la celebración del misterio de Cristo vivo y resucitado, continuamente presente entre los hombres. Es por eso que los Hechos de los Apóstoles dicen que “aun cuando Pedro pasaba, era suficiente que su sombra tocase algún enfermo para que este sanara”. De hecho, en cada cristiano obra y pasa Cristo resucitado, ¡cómo quisiéramos experimentar la poderosa presencia del Señor entre nosotros!

2 – La prueba de Tomás – Querer tocar con mano al Señor, aunque si de una manera diferente a la del apóstol Tomás, no es tanto un signo de incredulidad sino más bien de plena madurez espiritual. “Ver al Señor”, equivale a tener un trato habitual e íntimo con Él en lo más profundo del corazón y en el punto más alto de nuestra libertad. Ahora bien, vivir en su presencia, en una gran intimidad, siempre fue considerado como cosa de místicos, casi se diría un tema-tabú para la mayor parte de los hombres. Pero hoy en día ya no debería ser así. De hecho, todos buscan continuamente al Señor, y quieren verlo las veinticuatro horas del día. Este derecho y posibilidad, se da en la medida en que mantengamos nuestro corazón puro, humilde y orante.

3 – Fe pascual – Existe una enorme diferencia entre la fe desvanecida en las palabras de ese gran personaje histórico que es Jesús, y la fe vibrante que te pone en comunión viva con Él, te hace escuchar Su voz viva dentro  del corazón y a través de los acontecimientos del día, te lo hace ver en los demás, te lo hace tocar con mano en cada momento de la vida, te hace enamorar de él. Una fe que nos hace siempre exclamar con mucha gratitud y sorpresa: ¡“Señor mío y Dios mío”! Ésa es, en fin, la lección que nos da Tomás: no se da paz, hasta que no se haya hecho una cosa sola con Jesús. He aquí, la fe pascual que debemos conquistar para siempre.

4 – Reciban el Espíritu Santo - La Pascua trae consigo una alegría enorme, porque Cristo por medio del sacramento del perdón, resucita espiritual y continuamente a todos los hombres.  Precisamente, la alegría de sentirnos siempre perdonados por Dios y liberados sea del peso que de las consecuencias de nuestras culpas; y luego, recreados en lo profundo, restituidos a nuevas energías y de nuevo llenos de entusiasmo y ganas de vivir. El mejor fruto de la Pascua es la plenitud del perdón en el Espíritu Santo. 

5 - Puntos concretos - a) Vivir siempre a la presencia de Dios, escucharlo en nuestro corazón, pensar en Él a menudo,  hacer todo por amor suyo, decir frecuentemente jaculatorias mediante el uso de estas expresiones: “ Señor, háblame, quédate cerca de mí, todo por amor tuyo”. b) Ante cada hermano debo sentirme como delante a Dios. c) Para mi, ser coherente, debe significar amar a Dios en serio, hasta el final. d) el mejor modo y el más concreto para realizar este objetivo es participar a menudo a la misa y recibir los sacramentos para vivir un contacto extraordinario con Jesús, que nos habla y se ofrece por nosotros. 

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