XVI Domingo Del Tiempo Ordinario

Posted by Padre Eugenio Cavallari on 18 July 2015

verdeEran como ovejas sin pastor    

Lecturas: Jeremías 23, 1‑6;  Efesios 2, 13‑18;  Marcos 6, 30‑34.                      

1 ‑ Jeremías  ‑ El profeta-mártir denuncia a todo el mundo la causa de la ruina de su pueblo: “¡Ay de los pastores que pierden y dispersan el rebaño de mi pastizal!. Yo mismo reuniré el resto de mis ovejas, de todos los países adonde las había expulsado, y las haré volver a sus praderas. Yo suscitaré para ellas pastores que las apacentarán”. ¿Por qué los malos pastores dejan morir y dispersan las ovejas? Muy simple: no quieren tener ninguna responsabilidad sobre los demás y piensan en sus propios intereses. Este hecho ha sucedido y por desgracia también sucede hoy en día en la sociedad civil y en la Iglesia. Pero Dios promete enviar “un germen justo”, un rey-pastor que practicará la justicia y el derecho en toda la tierra. Clara alusión a Cristo, el único Buen Pastor, que conducirá los pueblos a la salvación de la vida eterna. También hoy la advertencia divina es cuánto más actual, e igualmente se refiere a todos y a cada uno.

2 – Los Doce– Después de la primera misión en Galilea, los apóstoles se reunieron con Jesús, y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Éste es el criterio para reconocer a los verdaderos pastores: se mantienen constantemente “en contacto” con Cristo y su Iglesia. - El trabajo aumenta y se vuelve agotador: los apóstoles están cansados porque “ya no tienen tiempo ni para comer”; pero, al lado de Jesús, se recuperan en cuerpo y en espíritu: “Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco”. La presencia constante de Jesús, incluso en la máxima fatiga de la misión (familia, trabajo, parroquia,  voluntariado), nos llena de consuelo y serenidad. ¡Descansemos en Jesús!

3 ‑ La muchedumbre‑  Aprieta y apremia por todos lados, lo que trae problemas y miserias a Jesús y a sus apóstoles; ella pide sobre todo una guía segura y desinteresada para no caer más presa de explotadores y engañadores: Jesús se conmovió por ellos, porque “eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles muchas cosas”. Esas cosas que de por sí solas, podrían hacer de la humanidad una familia reconciliada y unida: ¡el amor, la humildad, la justicia, el perdón, el espíritu de servicio, la paz, la unidad!. Aprendamos a no dejar nunca sin una respuesta verdadera y completa a quien se nos acerca: las medias respuestas, desde tiempo inmemorial, dejan siempre el tiempo que encuentran.

4 - Un sólo pueblo – San Pablo desarrolla un pensamiento muy denso para aclarar la acción de Cristo en el corazón de cada hombre y de cada pueblo: “Hermanos, ahora, en Cristo Jesús, ustedes, los que antes estaban lejos, han sido acercados por la sangre de Cristo. Él ha unido a los dos pueblos (hebreos y gentiles) en uno solo derribando el muro de enemistad y prescripciones que los separaba. Así creó un solo Hombre nuevo en su propia persona y los reconcilió con Dios en un solo Cuerpo”. La verdadera fatiga apostólica es “rehacer un hombre nuevo” en el amor de Dios y del prójimo para derribar el muro del egoísmo personal y social, causa de injusticias, abusos y divisiones. Tenemos un nuevo pueblo cuando se compone de hombres verdaderos y nuevos.

5 – Pastores nuevos– Este espléndido trabajo requiere pastores preparados desde el punto de vista humano, con un proyecto muy claro de hombre y sociedad, generosos en el don total de sí mismos, numerosos y bien integrados entre ellos. La situación, desde este punto de vista, es dramática. Muchas comunidades civiles están gobernadas  por personas o grupos “fuera de la ley” y sin ningún proyecto válido; muchas comunidades de la iglesia están sin pastores o conducidos por pastores cansados y desmotivados. Si todos los cristianos - desde el primero hasta el último fiel - no responden a esta necesidad urgente de la Iglesia y la sociedad civil, ¿qué futuro nos espera? Hoy, más que nunca, todos tienen que sentirse “pastores” además que “ovejas”, capaces de guiar también a los demás.

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