VI Domingo De Pascua

Posted by Padre Eugenio Cavallari on 6 May 2015

gialloComo el Padre me ha amado a mí, así amense los unos a los otros

Lecturas: Hechos 10, 25-27. 34-35.44-48; I Juan 4, 7-10; Juan 15, 9-17.                      

1 - ¿Cómo?...así – Todavía estamos en el Cenáculo de la Última Cena para escuchar el paso más sublime del discurso de Jesús: “Así como el Padre me ha amado a mí, así ámense los unos a los otros” Ahora entremos en el fondo del misterio inaccesible de Dios: Jesús nos ha amado con la misma intensidad con la que el Padre lo amó. Parecería increíble si no hubiera sido Él a revelárnoslo. Y este amor común del Padre y del Hijo, que nos han dado, es el Espíritu Santo, ¡el poder divino de amar a todos!

2 - Una historia de amor – Pensemos en el amor de ese Padre que engendra en Sí, desde toda la eternidad, a su Hijo, y luego lo genera para nosotros, en el tiempo, hecho hombre de la Virgen María. Este fruto bendecido por el Amor infinito de un Padre, Jesucristo, es ofrecido en la cruz, para que todos los hombres tengan la Vida nueva, renazcan como hijos de Dios ... “Queridos hermanos, el amor viene de Dios, y todo el que ama ha nacido de Él y lo conoce, porque Dios es amor”(I Carta de Juan). ¿Ha “logrado” nuestra fe hacernos advertir un poco de este amor infinito que Jesús tiene para nosotros?

3 - La gracia del inicio – Es doble porque Dios nos ha creado y redimido. “ En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo para que fuera ofrecido como sacrificio por el perdón de nuestros pecados”(I Carta Juan). El pecado nos impedía amar a Dios y a los demás. El amor de Dios es nuestra fuerza para amar. Su amor es el principio, el apoyo, la salida de toda nuestra capacidad concreta de amar: “No me escogieron ustedes a mí, sino que yo los escogí a ustedes y los comisioné para que vayan y den fruto, un fruto que perdure” (Evangelio). Agustín profundiza: “Reconoce que eres débil, que eres hombre, que eres pecador, que es él quien hace justos, que estás manchado” (Sermón 137,4,4).

4 – La eterna pregunta – ¿Qué quiere decir amar? “Amar –dice Jesús- significa ofrecer la propia vida para sus amigos”. De esta categoría de “amigos de Jesús” naturalmente, también forman  parte ... ¡los enemigos! Por lo tanto el amor también es perdón. El milagro del amor consiste en que, en este mutuo don, se derrama sobre cada uno una riqueza enorme. El amor, por su naturaleza, dilata el corazón de los que aman y lo hace más y más capaz de amar. El mundo conocería una nueva era de civilización y finalmente se resolverían muchos problemas. El amor de Dios es la primera gracia de llevar a todos esta nueva forma de vida, y no desanimarse si los demás no responden o no creen en el amor. Así, cada uno de nosotros va a ser capaz de ser "primero" en amar a los demás

5 – Dos  protagonistas – El lenguaje usado por Jesús es una clara alusión al Espíritu Santo, el Amor que procede del Padre y del Hijo y que se dona a nosotros. Con Él es fácil pensar también al amor de una criatura: María, la Madre  por excelencia. Ella nos recuerda que Dios no tiene sólo un amor de padre pero también de madre, y la Iglesia es la plena manifestación de este amor materno. De ello se deduce entonces que cada uno de nosotros tiene que ser una madre para los demás. En todos los niveles se cumple la fórmula de Jesús: “¿Cómo?...así”.

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