Sexto Domingo del Tiempo Ordinario

Posted by Padre Eugenio Cavallari on 14 February 2014

verde“No he venido a abolir la Ley: he venido a darle plenitud”    

Lecturas: Eclesiástico 15, 15 20; 1 Corintios 2, 6 10; Mateo 5, 17 37.                      

1 - El infinito - Jesús no abroga ni diluye la ley antigua, pero la perfecciona. Ahora al hombre se le da como único punto de referencia y meta final, la perfección infinita de Dios: 'Sed perfectos como vuestro Padre que está en los cielos (Evangelio). Todavía demasiados se conforman con una perfección puramente humana o, incluso, de la suficiencia. En cambio, Jesús nos dice: desead con todas las fuerzas el bien mayor. En fin de cuentas, la libertad nos ha sido dada para esto: elegir siempre el sumo Bien.

2 - 'Si vuestra justicia' – El punto central del Evangelio no es un bien humano cualquiera, sino la plenitud del amor de Dios y del prójimo. Agustín, hablando de la vocación existencial del hombre, afirma: “La suma obra del hombre es sólo alabar a Dios”, naturalmente tratando con justicia, amor y perdón al prójimo: “Ve primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda” Si no hay justicia y amor, no hay religion ni culto auténtico de Dios!

3 - 'Si tu ojo derecho' – El criterio para juzgar el bien o el mal es, por lo tanto lo más profundo del hombre, no su apariencia. Son los deseos del corazón, las intenciones secretas de la conciencia, los juicios no expresados de la mente que determinan la calidad moral de las acciones humanas. Pues el mal debe ser extirpado de raíz, porque del íntimo del hombre surgen los movimientos de rebelión, robo, violencia, lujuria, envidia, odio.

4 - La roca y la arena – Algunos valores como el amor, la justicia, la familia, la ley natural, la vida; nunca pueden ser violados o manipulados o negociados por el hombre: “Ante los hombres están la vida y la muerte: a cada uno se le dará lo que prefiera. Él no dio a nadie autorización para pecar” (Eclesiástico). En la vida, hace falta construir sobre la roca de estos valores inquebrantables, no sobre la arena de lo efímero y de las modas. Ya no sirve la excusa habitual: los tiempos han cambiado, todos hacen así, también yo me adapto.

5 - La diplomacia divina – “Cuando ustedes digan 'sí', que sea sí, y cuando digan 'no', que sea no. Todo lo que se dice de más, viene del Maligno”. Con estas palabras Jesús barre con el arte torpe de la diplomacia humana: el decir y no decir, las excusas, los compromisos, la hipocresía: todas cosas que intentan poner de acuerdo a Dios con el diablo. Ni siquiera hacen falta juramentos: el poder de la verdad, de hecho, se impone. Sólo cuenta la diplomacia de la verdad.

6 - Puntos concretos – a) La vida es como un partido de ajedrez: se sacrifica una pieza con tal de salvar a la totalidad. La clave es “salvar la propia alma” delante de Dios, el resto no cuenta. b) La verdad debe ser defendida y proclamada sin demagogia o instrumentalizaciones de parte (por ejemplo: los derechos humanos, la paz) c) Los mandamientos de Dios son diez, no nueve u ocho. d) El auténtico culpable no es siempre y sólo el autor material del hecho, pero quién lo induce a cometerlo (por ejemplo: el adulterio, el aborto, la delincuencia, la corrupción).

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