Trigésimo Tercer Domingo Del Tiempo Ordinario

Posted by Padre Eugenio Cavallari on 23 November 2013

verdeGracias a la perseverancia salvarán sus vidas.    

Lecturas: Malaquías 3,19 20; 2 Tesalonicenses 3,7 12; Lucas 21,5 19.                      

1 – El día de la cosecha – La primera lectura describe el juicio de Dios que madura y se manifiesta en el transcurso del tiempo, hasta la determinación final, definitiva y eterna: “Porque llega el Día, abrasador como un horno. Todos los arrogantes y los que hacen el mal serán como paja; el Día que llega los consumirá, dice el Señor de los ejércitos hasta no dejarles raíz ni rama. Pero para ustedes, los que temen mi Nombre, brillará el sol de justicia” (Malaquías).

2 – Piedra a piedra – También el Evangelio describe el fin de Jerusalém, relacionándolo con el fin del mundo: guerras y revoluciones, persecuciones, terremotos, carestías, pestes, traiciones... Pero el Señor nos anima: “Pero ni siquiera un cabello se les caerá de la cabeza. Gracias a la perseverancia salvarán sus vidas”. Si los edificios materiales serán desmantelados piedra a piedra, los edificios espirituales serán construidos en la Piedra eterna de la Verdad, del Amor y de la Vida de Dios.

3 - ¡Atención! – El Señor nos advierte de las ilusiones o de los engañadores de turno. Si alguien se presentará diciéndoles: “El tiempo está cerca” con tanto de hora, día, mes y año, no les crean. ¡Sólo Dios sabe el tiempo! Si luego otro se presentase diciendo: “Soy Cristo”, o “Hablo en su nombre”, entonces controlen tres condiciones: a) si vive como cristiano y honestamente b) si anuncia el Evangelio así como quiso Cristo, c) si está alineado con las enseñanzas de la Iglesia.

4 – ‘Vigilen y estén preparados’ – La advertencia divina no es sólo acerca de los últimos acontecimientos de la vida y de la historia, sino que se dirige a los creyentes para que se den cuenta del sentido último de los acontecimientos: ¡“Yo tengo proyectos de paz –dice el Señor- y no de desdichas”! Entonces, ¿de dónde surgen las persecuciones?. Una vez más la respuesta hay que buscarla en lo profundo de cada hombre y en el conflicto irreconciliable entre el Bien y el mal. La persecución se inicia en tu corazón, cuando pones vallas al bien, a la voz de Dios, a los llamados de la verdad. ¡A partir de ahí, sin duda, se desata la persecución que algunos hombres sufren por parte de otros hombres que se encuentran bajo la influencia del “Príncipe del mal, Satanás!

5 – Trabajar en paz – Es el consejo de San Pablo: ¡preocúpense de vivir con serenidad e intensidad sus vidas! En efecto, de nuestro trabajo tiene que florecer para todos una mejor justicia, una concordia más firme, una verdadera paz. ¡No crucemos los brazos esperando milagros que nunca llegarán! Jesús nos consuela y nos asegura: “Yo mismo les daré una elocuencia y una sabiduría que ninguno de sus adversarios podrá resistir ni contradecir”.

Un pensamiento de San Agustín – “Eres un niño, aún no entiendes los misterios de las palabras. Tal vez se te esconde el pan porque todavía debes nutrirte de leche. ¡No te enojes con los pechos que te lo dan! Ellos harán que un día puedas sentarte a la mesa, donde ahora no lo puedes hacer. He aquí que gracias a las separaciones de los herejes, muchas cosas que un tiempo eran duras se han vuelto más suaves que el aceite. A partir de estas palabras, los corazones de los hombres están heridos de amor por la paz. Eran palabras duras, pero se han vuelto suaves, sin perder su poder”.