XXXIII Domingo Del Tiempo Ordinario

Posted by Padre Eugenio Cavallari on 12 November 2014

verdeManténganse despiertos porque no saben qué día vendrá vuestro Señor.    

Lecturas: Proverbios 31, 10-13.19-20.30-31; 1Tesalonicenses  5, 1‑6;  Mt. 25, 14-30.                      

1 ‑  El ladrón nocturno – La liturgia de la Palabra en esta penúltima semana del año insiste sobre una reflexión muy serena de la muerte. El libro de los Proverbios y el Salmo responsorial presentan  un modelo experimentado de laboriosidad y vigilancia en espera del retorno de Jesús: “¡Feliz el que teme al Señor y sigue sus caminos! Comerás del fruto de tu trabajo, serás feliz y todo te irá bien”. Y San Pablo recuerda: “Ustedes saben perfectamente que el Día del Señor vendrá como un ladrón en plena noche” El verdadero “ladrón” es quien nos roba la vida; ciertamente Dios, aunque parezca robarnos esta vida del cuerpo, es para darnos la vida eterna. ¿En qué sentido es un ladrón?

2 ‑ Un largo viaje – El Evangelio describe la vida como un largo viaje desde Dios y hacia Dios. El dueño de la vida le confía al hombre sus dones, con el tácito acuerdo de verlos duplicados a su regreso. El criterio  es el mismo para todos: si diez otros diez; si dos otros dos. Todos los servidores devuelven el doble, menos uno que tiene la maldita idea de enterrarlo al final sin haberlo negociado.

3 ‑ Los talentos – Ciertamente somos nosotros los hombres de los diez talentos: ¡los que recibieron más en todos los sentidos! Enumeremos los dones divinos: el alma inmortal, la fe cristiana, el Evangelio, la caridad, la Iglesia con su vida de gracia, la comunidad eclesial... Y, luego, los innumerables dones de la naturaleza: la salud, la cultura, la familia, la libertad, el tiempo libre, una nación donde hay de todo... En otras palabras: una sociedad que ofrece todas las ventajas para el desarrollo de nuestra humanidad. ¡Recursos inmensos que nos hacen protagonistas y creadores de un mundo nuevo que se está transformando vertiginosamente!

4 ‑ El talento enterrado – Hoy en día, esconde su  talento quien no responde a su vocación humana y cristiana, quien no acepta renovarse y caminar al  paso con los tiempos, quien no da  siempre lo mejor de sí con los demás y para los demás. No hacer nada o no dar nada a los demás es el peor modo de ocultar el propio don. En este sentido, el Occidente es sin duda el mundo de los diez talentos: ¡debería avergonzarse de lo que tiene y niega al Tercer Mundo (aquel de un talento)!

5 – El principio divino – “Quítenle el talento para dárselo al que tiene diez. Porque a quien tiene (trabajado), se le dará y tendrá de más, pero al que no tiene (no hizo nada), se le quitará aun lo que tiene (o cree tener)”. La historia aplica este criterio con inexorabilidad y demuestra que el bien enriquece a quien lo hace, mientras empobrece en las manos de quién no lo utiliza. Aún más: la inercia de hoy en día perjudica los resultados alcanzados en el pasado y compromete los futuros. Es la gran responsabilidad histórica que todos tenemos. So pena de ¡ser excluidos de la historia y de la vida eterna!

6 - Puntos concretos – Los dones deben ser “arriesgados” cada día delante a las necesidades del mundo. No sirve ser nostálgicos para defender así la propia posición. Volvamos a ponernos pacientemente en  camino, volvamos a ponernos siempre en discusión para no acumular más demoras y más derrotas. El campo de la familia, de  la cultura, de los pobres, de la reconciliación, del ecumenismo, son el terreno donde emplear de la mejor manera los dones de Dios.

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