Trigésimo Primer Domingo Del Tiempo Ordinario

Posted by Padre Eugenio Cavallari on 23 November 2013

verdeEl Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido    

Lecturas: Sabiduría 11,22.12; II Tesalonicenses 1,11-2; Lucas 19,1 10.                      

1 - Un himno de gloria – El libro de la Sabiduría, introduce de modo tan dulce el tema de Dios que crea y sostiene sus criaturas porque es “amante de la vida Y el hombre, no es más que polvo en la balanza o la gota de rocío, es justamente el centro de atención de la ternura divina, porque Dios tiene compasión por todos y siempre está listo a perdonar, para que todos renieguen la maldad y crean en su amor. Verdaderamente se puede decir que “la gloria del hombre es la bondad de Dios y la gloria de Dios es que el hombre viva” (S. Ireneo).

2 - La sorpresa – La calle de Jericó, donde Jesús primero encuentra a Zaqueo y luego se auto-invita a su casa, es el claro símbolo de un Dios que recorre los caminos más inesperados para llegar a todos los hombres (también sobre un árbol), es el símbolo de todo hombre que busca en toda manera de ver las cosas con claridad en sí mismo y en la vida ¡Y espera a Dios! Dios toma la iniciativa: “Zaqueo, baja pronto, porque hoy tengo que alojarme en tu casa”. Hoy – tengo: es una invitación perentoria, que no admite demoras o retardos.

3 - Nosotros somos Zaqueo – También nosotros somos “de pequeña estatura”: nos sentimos desiguales a la realidad; luego tratamos de ver a Jesús, pero a menudo no lo logramos “a causa de la multitud”: el clamor de las más variadas opiniones y controversias, los condicionamientos de las modas y las tendencias de pensamiento, las distracciones, las rutinas, la vida tranquila... Pero también nosotros queremos “adelantarnos corriendo y subir alto en nuestro árbol”, es decir: es decir: hacernos independientes de todo lo que es servil y nos hace avanzar detrás del otro, el deseo de anticiparse a los tiempos, predecir el futuro, entrando de una buena vez en sí mismos para conocer las razones íntimas que son la fuente de todas nuestras acciones ...

4 - Que cosa sucede – Zaqueo baja enseguida porque acepta la invitación de Jesús, le abre de par en par las puertas de su casa porque antes le abre todo su corazón. En otras palabras: recibe a Jesús como a su Salvador, le pide perdón y después da la mitad de sus bienes a los pobres y quiere devolver cuatro veces más de lo que robó. ¡Esto sí que es una conversión total y definitiva! Escuchemos a otro Zaqueo de la historia: “Hombre, si quieres subir, desciende. Tú, que por querer subir contra Dios, has descendido” (San Agustín).

5 - La situación – Muchos quieren subir sobre su propio árbol sólo para ver desde arriba y desde lejos cómo van las cosas en el mundo, pero pocos son los que invitan al Señor y a los hermanos en su casa para compartir con ellos las cosas buenas de la vida. He aquí el punto: a) Ponerse donde pasa el Señor tratando siempre de hacer su voluntad, b) recibirlo en la propia conciencia, c) "si he defraudado a alguien, le devolveré cuatro veces más".