Vigésimo Domingo Del Tiempo Ordinario

Posted by Padre Eugenio Cavallari on 3 August 2014

verde¡Mujer, qué grande es tu fe!.    

Lecturas: Isaías 56, 1.6 7; Romanos 11, 13 15.29 32; Mateo 15, 21 28.                      

1 - La verdadera religión – El profeta Isaías proclama el criterio, siempre válido para todos, en virtud del cual sentirnos verdaderamente 'religiosos' agradables a Dios:
“Observen el derecho y practiquen la justicia. A los extranjeros que se han unido al Señor para servirle, para amar el nombre del Señor, y adorarlo... los llevaré a mi monte santo; ¡los llenaré de alegría en mi casa de oración!”. Todas las naciones serán juzgadas con este criterio: el derecho a la verdad y la justicia del amor.

2 - Un ejemplo – La historia del pueblo hebreo demuestra que Dios no hace preferencia de personas. Él siempre está dispuesto a perdonar las infidelidades, pero pide a su pueblo una conversión sincera. Si esta condición no se realiza, Él da su amistad a los demás. La historia hoy se repite con los pueblos “cristianos”. Escuchemos a San Pablo: “Pues si el haberlos rechazado dio como resultado la reconciliación entre Dios y el mundo, ¿no será su restitución una vuelta a la vida? Porque las dádivas de Dios son irrevocables, como lo es también su llamamiento”!

3 - La mujer cananea – Representa la humanidad, la que ha opuesto un rechazo injustificado al amor de Dios pero al mismo tiempo, quiere con todas sus fuerzas ser perdonada y aceptada como una hija. Jesús la provoca a este acto de amor: “No está bien quitarles el pan a los hijos y echárselo a los perros. Sí, Señor; pero hasta los perros comen las migajas que caen de la mesa de sus amos”. Y he aquí la respuesta: “¡Mujer, qué grande es tu fe! Que se cumpla lo que quieres”.

4 - Una lección para nosotros – Si nos sentimos en la misma condición de la mujer cananea, digamos al Señor nuestro arrepentimiento con el mismo humilde atrevimiento. A partir de aquí comienza una relación correcta con Dios que nos sana de toda forma de pretensión o privilegio respecto a Dios y de discriminación respecto a los demás: “Dios ha sujetado a todos a la desobediencia, con el fin de tener misericordia de todos” (S. Pablo )!

5 - Las aplicaciones – En cambio, no están de acuerdo con este sentimiento, las concepciones de tipo racial o nacionalístico o de clase. La matriz de religiones diferentes, muchas veces es un criterio para discriminar a otros: católicos y hermanos separados, cristianos y judíos, cristianos y seguidores de otras religiones, creyentes y no creyentes... La distinción entre los creyentes verdaderos y falsos (los niños y los perros en el Evangelio) debe ser vista desde esta perspectiva. Un gran trabajo nos espera en este campo. Ante todo, ninguna presunción o fanatismo. Luego, empecemos por la amistad y el respeto sincero de las convicciones ajenas. En fin, construyamos oportunidades para el diálogo y la colaboración.

Tags: