XXIX Domingo Del Tiempo Ordinario

Posted by Padre Eugenio Cavallari on 19 October 2014

verdeDen al César lo que es del César, y a Dios, lo que es de Dios.    

Lecturas: Isaías 45, 1.4 6; 1 Tesalonicenses 1, 1 5; Mateo 22, 15 21.                      

1 - Dios y César – La objeción de los fariseos: “¿Está permitido pagar el impuesto al César o no? le brinda a Jesús la ocasión para dirimir una cuestión siempre actual y muy delicada: la relación adecuada entre la esfera de lo espiritual (Dios-hombre) y la esfera temporal (ciudadano-Estado, política- economía). He aquí la respuesta de Jesús: “Den al César lo que es del César, y a Dios, lo que es de Dios”. En otras palabras: la Iglesia no tiene que ocuparse de las cosas temporales, ni el Estado debe interferir en las cosas espirituales o de conciencia. Hoy en día, todavía estamos buscando un difícil equilibrio entre la laicidad y el laicismo, entre religión y libertad de conciencia, entre fundamentalismo y fanatismo.

2 - El gran miedo – Los cristianos (al menos en Italia) sufren de un "complejo histórico", porque piensan que hay incompatibilidad entre la vida de fe y el activismo político. Se teme de contaminar la conciencia cristiana si se entra en política o a tratar con sistemas políticos distintos del cristiano. La tensión se expresa en un dualismo político, cultural y religioso laico-cristiano, que debe ser superado. El bien común y el bien privado tienen que llevarse bien. También debemos reafirmar que el cristiano tiene que estar en primera línea cuánto a un compromiso valiente, espíritu de iniciativa, estilo de participación en la vida pública.

3 - Un espíritu nuevo – La gestión del mundo está en manos de cada hombre. Es un escándalo intolerable que, incluso hoy en día, la mayoría de los cristianos se desinterese del bien común. Hay que refutar ese pensamiento común y habitual, que es una excusa conveniente para muchos: “las actividades sociales y políticas son la prerrogativa de aquellos que tienen una vocación específica”. En este sector no es más una cuestión de “voluntariado”: un servicio tan importante que no puede ser más opcional, pero cada uno debe tenerlo como una estricta obligación de conciencia.

4 - La regla – Una comunidad cristiana auténtica, que realmente vive la esperanza mesiánica de Cristo, expresa su presencia en el mundo con gestos de fraternidad, solidaridad y justicia social. La meta a alcanzar es lograr que cada uno comprometa “algunas horas” por semana en diferentes sectores. No mucho hecho por pocos, pero poco hecho por todos.

5 - Puntos concretos – La Iglesia ha hablado en varias ocasiones en los últimos años, dando algunas instrucciones precisas, que se pueden resumir aquí: a) seguir una línea de fidelidad al Evangelio, b) seguir una opción de preferencia para los pobres, que no sea ni exclusiva ni excluyente, c) transformar la sociedad sin caer en sistemas que priven de la libertad al hombre o lo sometan a programas ateos y materialistas, d) combatir la corrupción y la violencia en la vida pública. Todo esto con un espíritu que no sea competitivo, sino de colaboración amistosa. ¡Nuestro “César” no es el poder, sino el prójimo!

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