Vigésimo Séptimo Domingo Del Tiempo Ordinario

Posted by Padre Eugenio Cavallari on 23 November 2013

verdeSi ustedes tuvieran una fe tan pequeña como un grano de mostaza, podrían decirle a este árbol: “Desarráigate y plántate en el mar”, y les obedecería.    

Lecturas: Habacuc 1,2 3; 2,2 4; 2° Timoteo 1,6 8.13 14; Lucas 17,5 10.                      

1 – Hay un plazo - El profeta Habacuc plantea un gran problema que es un gran escollo para todos los creyentes y para los honestos: ¿Por qué Dios no interviene frente a las iniquidades: opresiones, violencias, disputas, asaltos de los hombres? La respuesta es alentadora: Hay un plazo también para el mal: Dios lo conoce. Si la solución tarda, no desesperemos. Sucumbe quien no tiene ánimo recto, mientras el justo vivirá por su fe. He aquí la primera respuesta para los honestos y los creyentes: la fe y la honestidad consisten en tener una confianza inquebrantable en la justicia de Dios.

2 – El justo vive de la fe – San Pablo nos dice que la fe es un don de Dios que alimenta toda la vida buena y honesta de los justos: la salvación realizada por Jesucristo, quien murió por nuestros pecados y resucitó para nuestra justificación. Jesús ha vencido al mundo del mal y ha liberado al hombre dándole su propia vida. La fe es el “depósito” tanto de la honestidad como de la vida eterna!

3 - “Si tuvieran fe" – Jesús nos implora: tengan confianza, tengan confianza inquebrantable en mi amor, en mi misericordia, en mi ayuda divina! La fe es una fuerza irresistible que proporciona una base para toda nuestra vida. Es la única ROCA sobre la que construir. Incluso desde un punto de vista humano, la fe es la base de cualquier actividad, proyecto, relación social con los demás. Si yo no confío en nadie, ¡me aislo de todo! La vida del hombre se sostiene con un único acto de fe. Mucho más hacia Dios. La fe es abandonarse pacíficamente en los brazos del amor de Dios, ¡quedarse con firme esperanza aferrados a Él! Que nuestra respuesta de cada día sea: ¡"Señor, danos esta fe”, “Señor, aumenta nuestra fe!”

4 - Puntos concretos – La fe no es fruto de razonamientos humanos ni una simple actitud de respeto ni un sentimiento que sólo admite la existencia de Dios. La fe es enamorarse de Dios y juntar nuestra vida con la suya. Creer es dar el corazón, la libertad, todo en el “sí” del amor. El mundo contemporáneo tiene una necesidad urgente de ver esta fe de los creyentes para darse cuenta que Dios llena de sí mismo el hombre y su historia.