XXVIII Domingo Del Tiempo Ordinario

Posted by Padre Eugenio Cavallari on 8 October 2015

verdeAnda, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres. Luego ven y sígueme.    

Lecturas: Sabiduría 7, 7-11; Hebreos 4, 12‑13; Marcos 10, 17-30.                      

1 – El joven rico – Marcos describe el encuentro con un joven adulto que tiene un deseo muy fuerte de bien para ganarse la vida eterna. Jesús se le queda mirando por mucho tiempo a los ojos con una mirada de amor y de predilección; luego lo invita sin rodeos: “Anda, vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres.Luego ven y sígueme”. Tres fases: dejar todo, dárselo a los pobres, seguir a Jesús. Pero esto es realmente demasiado para ese joven; no se decide a dar ese “paso” decisivo, ya que era muy rico; y él se aleja, desapareciendo de la escena cabizbajo. Jesús comentó amargamente: “Le resulta más fácil a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios”. La puerta estrecha para entrar en la vida eterna, a la que  Jesús aludirá después,  no será acaso grande como el ojo de una aguja?...

2 – Dejar todo – Los requisitos combinados del Reino de Dios y de la salvación del hombre exigen dejar todo lo que no sea esencial para poder conseguir el objetivo final, y utilizar los bienes de este mundo en la medida en que sean útiles para la vida eterna. Frente a este objetivo absoluto y único, sólo cuentan los bienes que no pasan: ¡amar a Dios con todo el corazón y al prójimo como a sí mismos!. El resto -afectos, bienes del espíritu y del cuerpo, tiempo, libertad- todo está en función de la única cosa  necesaria: salvar la propia alma. Esta elección es para todos y está a la base de cualquier sabio planteamiento de vida. Agustín dice así: “El amor por las muchas cosas solamente se vence con ¡el amor por el  único Bien!”

3 - La sabiduría del corazón – Es el don supremo de Dios, porque incluye la capacidad de discernimiento para conocer la voluntad de Dios y evaluar toda la vida presente en vista de la futura. Es capacidad de dar la propia vida por la salvación, no sólo de sí mismo sino de todos. La vocación al estado matrimonio, y aún más al estado sacerdotal, religioso y misionero, tiene como valor específico la pasión de la caridad hasta el don total de sí mismo, experimentada también por muchos laicos en los diversos ámbitos sociales. En esta perspectiva se comprende cómo “dar todo a los pobres” sea un enorme enriquecimiento desde todos los puntos de vista. Las personas más ricas son las que han dado todo. También hoy Jesús dirige  una invitación específica a los jóvenes para que no se contenten con una posición cómoda en la vida terrenal, pero tomen las riendas de su vida y la donen para que sea ¡una verdadera obra maestra!

4 - ¿Ser o tener? – La invitación de Jesús hoy es de gran actualidad: época en la que se adora el dinero, el uso consumístico de los bienes, el pleno bienestar. Estamos de frente a un verdadero peligro: la pérdida de sensibilidad a los bienes espirituales y eternos, la alienación total de la persona humana, la caída de los valores morales que sustentan la dignidad personal y la convivencia humana. ¿Ser o tener? ¿El oro o el amor? En situación actual, ya no se trata de una cuestión de ascetismo o de migajas de altruismo: se trata de volver a descubrir la auténtica dimensión humana. Con la capacidad de ser uno mismo, siempre concentrados en las cosas más importantes, ya no más ocupados en mil cosas totalmente superfluas. Se trata de volver de nuevo a esa “dimensión contemplativa” que es interioridad,  cultura,  silencio,  oración, vida de relación.

5 - Oración – Esta semana oremos así con la Iglesia: “Oh Dios, nuestro Padre, que escrutas los sentimientos y pensamientos de los hombres, no existe criatura que pueda esconderse delante de Ti; penetra en nuestros corazones con la espada de tu palabra, para que a la luz de tu sabiduría podamos evaluar las cosas terrenales y eternas, y llegar a ser libres para tu reino” (Oración Colecta).

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