Vigésimoprimer Domingo del Tiempo Ordinario

Posted by Padre Eugenio Cavallari on 23 November 2013

verdePues hay últimos que serán primeros y hay primeros que serán últimos    

Lecturas: Isaías 66, 18 21; Hebreos 12, 5 7. 11 13; Lucas 13, 22 30.                      

1 - La clave de lectura – Para dar un enlace a las tres lecturas, es bueno colocar el discurso de Isaías en el “pasado” (el regreso de los hebreos de su exilio en Babilonia), el discurso de Pablo en el “presente” (la corrección paternal de Dios en la vida de cada hombre), el discurso de Jesús en el “futuro” (el juicio final). Sin embargo, también es muy útil entender las tres lecturas como hechos que deben ser vividos cada día, en el presente de Dios. Este aspecto tridimensional de la vida cristiana es ya una imitación de la vida eterna, donde todo confluye hacia el presente infinito de Dios.

2 - El juicio de Dios – Dios no espera el último día para juzgarnos. En cada momento del ejercicio de nuestra libertad Él ya nos da un juicio infalible. ¡Es la VOZ DE LA CONCIENCIA! Por lo tanto: si obramos bien, nos dona su paz y justicia; si obramos el mal, “Él corrige al que ama y castiga a todo hijo que acepta” (Hebreos). El juicio final en la segunda y última instancia, marcará definitivamente el juicio cotidiano de nuestras vidas. “Por tanto, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas, y haced sendas derechas para vuestros pies, porque el pie cojo no sea mutilado, sino que sea sanado”. Toda nuestra vida terrenal es una espera paciente de parte de Dios a que nos convirtamos plenamente.

3 - ¡Señor, Señor! – Ese día no nos servirá para nada invocar “derechos” de cualquier tipo, si no estarán basados en una verdadera justicia o buena voluntad: “¡Retírense de mí, todos los agentes de injusticia!' . No sé de donde son”. El “de donde son” no puede ser otra cosa que donde está la verdad. ¿A qué sirve dedicarse a las apariencias de la vida y descuidar lo profundo del corazón, o sea la rectitud de la conciencia? En esta vida terrenal la honestidad ya es una profunda satisfacción y felicidad.

4 – Primeros-últimos ¿Dónde terminarán todas las “prioridades”, los privilegios, las recomendaciones, los certificados de buena conducta que hemos hecho para tener libre acceso en la sociedad? Única escala de mérito, en el juicio de Dios, será el empeño hecho por el bien, la bondad del corazón, el espíritu de sacrificio y de generosidad. Este hecho se puede ver aún hoy en día: los honestos, al final. siempre están de pie y son los primeros: “Pues hay últimos que serán primeros y hay primeros que serán últimos”.

5 - La puerta estrecha– Última recomendación para la última llamada: “Luchad por entrar por la puerta estrecha, porque, os digo, muchos pretenderán entrar y no podrán”. La advertencia de Cristo ciertamente abraza el Evangelio, pero afecta también la vida, en todos sus aspectos. La “puerta estrecha” es en el sentido de que nada se consigue sin empeño, constancia y sacrificio. No hay sacrificio tan grande, entonces, que no valga la pena hacerlo, con tal de “salvar la propia alma”. Hoy tratamos de hacer la vida muy fácil, mediante la eliminación de cualquier cosa que pueda constituir un obstáculo a la voluntad y un obstáculo a la libertad. Todavía continúa una obra “a cara descubierta” para “liberalizar” todo, incluidos los mandamientos de Dios. Los resultados se ven…¡La “puerta ancha” ha complicado enormemente los problemas! Los mandamientos del Señor, que parecen arduos, en realidad ¡son fuentes de alabanzas y gozo de la vida para el hombre!